De un tiempo a esta parte se oye hablar de nuevas técnicas para liberar el stress. Como en según qué ambientes queda mal decir que uno se va los domingos al fútbol a decirle "cabrón" al árbitro de un partido de fútbol o no queda lo suficientemente "cool" y "trendy" decir que uno sale con su abuelo al campo a coger setas han aparecido en gimnasios y "spas" sesiones de chocoterapia, vinoterapia o flamencoterapia, por ejemplo.
Ricardo Miguel Casilla, cuya tía imparte clases de yoga, reiki y meditación trascendental, ha pensado que podría matar dos pájaros de un tiro: conseguir que la gente envíe a /dev/null su tensión y al mismo tiempo contribuir al desarrollo del software libre. Así, con el título de "Linuxterapia" está abierto a cualquier jubilado dado de alta en el Centro de Actividad Diurna para Mayores de Arjonilla un curso que, a través de la compilación del núcleo de Linux oyendo de fondo cantos tradicionales tibetanos, garantiza la total relajación de los matriculados.
Ricardo Miguel, ataviado con una túnica color azafrán, nos recibe en una sala iluminada por una lámpara de sal en la que se percibe un sutil aroma a incienso y nos da detalles de su técnica: "Cuando haces el primer 'tar' del código fuente que has bajado, si llevas bien el control de inspiraciones y espiraciones, notas cómo desciende el ritmo de los latidos de tu corazón y tu cerebro empieza a emitir ondas beta. Después haces "make" y ves cómo la línea de comandos muestra todo lo que está haciendo y la sensación de entrar en el nirvana se apodera de ti hasta el punto de que algún programador veterano comienza a levitar mientras pronuncia el mantra sagrado 'Om'"
Ricardo Miguel Casilla, cuya tía imparte clases de yoga, reiki y meditación trascendental, ha pensado que podría matar dos pájaros de un tiro: conseguir que la gente envíe a /dev/null su tensión y al mismo tiempo contribuir al desarrollo del software libre. Así, con el título de "Linuxterapia" está abierto a cualquier jubilado dado de alta en el Centro de Actividad Diurna para Mayores de Arjonilla un curso que, a través de la compilación del núcleo de Linux oyendo de fondo cantos tradicionales tibetanos, garantiza la total relajación de los matriculados.
Ricardo Miguel, ataviado con una túnica color azafrán, nos recibe en una sala iluminada por una lámpara de sal en la que se percibe un sutil aroma a incienso y nos da detalles de su técnica: "Cuando haces el primer 'tar' del código fuente que has bajado, si llevas bien el control de inspiraciones y espiraciones, notas cómo desciende el ritmo de los latidos de tu corazón y tu cerebro empieza a emitir ondas beta. Después haces "make" y ves cómo la línea de comandos muestra todo lo que está haciendo y la sensación de entrar en el nirvana se apodera de ti hasta el punto de que algún programador veterano comienza a levitar mientras pronuncia el mantra sagrado 'Om'"
No hay comentarios:
Publicar un comentario