Por fin el mundo Linux va a tener un programa de televisión que se centre en su problemática específica y no como esos programas en los que sólo sale de refilón y que sólo sirven para que uno o dos señores encorbatados pregonen las bondades de sus productos y sus empresas. Responde nuestras preguntas José Antonio Ximénez, su flamante director:
"Nos hemos dado cuenta de que en los podcasts y debates que se hacen sobre Linux y demás lo que se busca era transmitir conocimientos y, si acaso, contar las experiencias de la gente y fomentar el buen rollo de 'yo también soy guay porque me he instalado una Ubuntu' o 'qué guay es el consejero de nuestra autonomía, que gracias a él tenemos una distribución con fotos de nuestro pueblo'. Sin embargo, vimos que este enfoque deja sin satisfacer unas cuantas necesidades ocultas bajo la superficie y fue justamente una noche viendo la tertulia televisiva 'El gato al agua'.
Nosotros estábamos a ver si ponían 'Redes' en la 2, pero haciendo 'zapping', como quien no quiere la cosa, vimos un grupo de señores que peinan ya canas, teñidas o no, poniéndose las botas programa sí, programa también: que si un queso, que si jamón, que si una botella de vino. Además salía en un rol sumiso y completamente subordinado al presentador/moderador una chavala que está pero que bastante bien. Pero todo esto es secundario: la esencia del programa es poner a caer de un burro a todos los políticos y personajes públicos que sean de izquierdas. Y si son nacionalistas, miel sobre hojuelas.
Así caímos en la cuenta de que el telespectador, aunque no lo diga y cuente que lo que le gusta son los documentales y los debates profundos, en realidad fantasea con estar en el lugar de esos que se ponen finos comiendo, rajando de gente que les cae mal y seguro que además cobrando un sueldo, con un despacho y sitio para aparcar en el garage de la empresa. Y si encima le proporcionas un buen rato de santa indignación indicándole cuál es el culpable de todos los males (Rodríguez Zapatero en el caso del programa de Intereconomía, el software propietario y la SGAE en el nuestro), el subidón de adrenalina es doble"
La sintonía, que comienza con una banda sonora trepidante que permite oir de fondo los graznidos de un pingüino 3-D que brinca entre icebergs, da paso al programa que comienza con el grito de guerra "Leña al de Mono, que es de goma". Los contertulios empiezan dándole cera a Miguel de Ycaza por vendido y por priísta y a continuación se procede a dársela a un contertulio que ha venido en representación de Apple, Oracle o, a ser posible, de Microsoft. Poco a poco empiezan a llegar los SMS del público: "Lo que tenéis que hacer es devolver lo que habéis robado", "Por vuestra culpa he tenido que formatear el disco duro. Me habéis dejado sin porno, cabro..." y "Desde WordPerfect nadie ha hecho un procesador de textos como Dios manda"
Al final del programa, un medidor llamado "pingüinómetro", que los contertulios intentan manipular haciendo que amigos y familiares llamen y voten dándoles la mayor puntuación posible, decide cuál de ellos se lleva a casa el hueso del jamón para hacer caldo.
Desde Chispalinux, la asociación que promueve el software libre en el sector de electricistas, fontaneros y especialistas en cableado eléctrico y fibra óptica se ve bien que así se haga visible la opinión de los linuxeros: "Entre el rollo zen de madurito interesante de Steve Jobs y la fotogenia de la presidenta de Mcirosfot berciana pensábamos que el software propietario volvía a tomar la iniciativa. Sin embargo, nada cohesiona tanto una comunidad como insistirle en los enemigos que tiene, así que gracias a la claridad de ideas de estos cuatro taliba ... perdón, decididos evangelistas, el software libre va a ocupar la relevancia que le corresponde"
"Nos hemos dado cuenta de que en los podcasts y debates que se hacen sobre Linux y demás lo que se busca era transmitir conocimientos y, si acaso, contar las experiencias de la gente y fomentar el buen rollo de 'yo también soy guay porque me he instalado una Ubuntu' o 'qué guay es el consejero de nuestra autonomía, que gracias a él tenemos una distribución con fotos de nuestro pueblo'. Sin embargo, vimos que este enfoque deja sin satisfacer unas cuantas necesidades ocultas bajo la superficie y fue justamente una noche viendo la tertulia televisiva 'El gato al agua'.
Nosotros estábamos a ver si ponían 'Redes' en la 2, pero haciendo 'zapping', como quien no quiere la cosa, vimos un grupo de señores que peinan ya canas, teñidas o no, poniéndose las botas programa sí, programa también: que si un queso, que si jamón, que si una botella de vino. Además salía en un rol sumiso y completamente subordinado al presentador/moderador una chavala que está pero que bastante bien. Pero todo esto es secundario: la esencia del programa es poner a caer de un burro a todos los políticos y personajes públicos que sean de izquierdas. Y si son nacionalistas, miel sobre hojuelas.
Así caímos en la cuenta de que el telespectador, aunque no lo diga y cuente que lo que le gusta son los documentales y los debates profundos, en realidad fantasea con estar en el lugar de esos que se ponen finos comiendo, rajando de gente que les cae mal y seguro que además cobrando un sueldo, con un despacho y sitio para aparcar en el garage de la empresa. Y si encima le proporcionas un buen rato de santa indignación indicándole cuál es el culpable de todos los males (Rodríguez Zapatero en el caso del programa de Intereconomía, el software propietario y la SGAE en el nuestro), el subidón de adrenalina es doble"
La sintonía, que comienza con una banda sonora trepidante que permite oir de fondo los graznidos de un pingüino 3-D que brinca entre icebergs, da paso al programa que comienza con el grito de guerra "Leña al de Mono, que es de goma". Los contertulios empiezan dándole cera a Miguel de Ycaza por vendido y por priísta y a continuación se procede a dársela a un contertulio que ha venido en representación de Apple, Oracle o, a ser posible, de Microsoft. Poco a poco empiezan a llegar los SMS del público: "Lo que tenéis que hacer es devolver lo que habéis robado", "Por vuestra culpa he tenido que formatear el disco duro. Me habéis dejado sin porno, cabro..." y "Desde WordPerfect nadie ha hecho un procesador de textos como Dios manda"
Al final del programa, un medidor llamado "pingüinómetro", que los contertulios intentan manipular haciendo que amigos y familiares llamen y voten dándoles la mayor puntuación posible, decide cuál de ellos se lleva a casa el hueso del jamón para hacer caldo.
Desde Chispalinux, la asociación que promueve el software libre en el sector de electricistas, fontaneros y especialistas en cableado eléctrico y fibra óptica se ve bien que así se haga visible la opinión de los linuxeros: "Entre el rollo zen de madurito interesante de Steve Jobs y la fotogenia de la presidenta de Mcirosfot berciana pensábamos que el software propietario volvía a tomar la iniciativa. Sin embargo, nada cohesiona tanto una comunidad como insistirle en los enemigos que tiene, así que gracias a la claridad de ideas de estos cuatro taliba ... perdón, decididos evangelistas, el software libre va a ocupar la relevancia que le corresponde"
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